Una vez determinadas las
características de calidad reales, queda por escogerse el lenguaje que
emplearemos para expresarlas. Los requisitos de los consumidores no siempre se
pueden expresar en una forma que se preste para su aplicación por parte
de la fábrica. Siempre hay distintas interpretaciones, y cuando las
interpretaciones difieren los métodos de producción también pueden variar. A
continuación damos algunas ideas de cómo expresar la calidad.
1. Determinar la unidad de
garantía.
Una bombilla o un receptor de
radio se cuentan uno por uno. Por tanto. los llamaremos unidades de un
producto. Al mismo tiempo, vienen a ser unidades de garantía por cuanto
al consumidor le interesa la calidad de cada unidad utilizable. Hasta
ahora vamos bien, pero ¿qué hacer con un producto que no se puede
clasificar por unidades? Los ejemplos son muchos, desde el cable eléctrico, el
hilo, el papel, los ingredientes o componentes de un producto químico, los
minerales y el petróleo, hasta aquellos productos que vienen en polvo o en
líquido. En estos ejemplos resulta difícil definir una unidad.
Permítaseme citar de mi propia
experiencia el caso de asignar una unidad de garantía a un
fertilizante. El sulfato de amonio es un fertilizante que requiere una
pureza del 21 por ciento. ¿Qué significa este 21 por ciento? Puede
interpretarse como parte de la cantidad producida diariamente. Así. si se
producen 1 000 toneladas en un día y si la pureza promedio para esas 1000 toneladas
es más del 21 por ciento, esto basta. O se puede determinar el valor medio de
más del 21 por ciento para un saco o para cada cristal. En el primer
caso la unidad de garantía son 1 000 toneladas, mientras que en el último la
unidad de garantía es un cristal.
Si no se establece claramente
la unidad de garantía, será imposible dar la garantía segura aunque se
desee hacerlo. En el caso citado, las entidades oficiales se reunieron con los
fabricantes de fertilizantes y determinaron que la|unidad de garantía seria un
saco (es decir 37.5 kilogramos), teniendo en cuenta lo más conveniente
para los agricultores (usuarios).
2. Determinar el método de medición.
Cuando queremos dar una
definición exacta de la calidad, si el método de medición es vago, nada se
logrará. Empero, las características de calidad reales son muy difíciles de
medir. Hemos hablado de que una característica de calidad real del papel periódico es "no
romperse mientras se imprime en una prensa
rotativa". ¿Cómo mediremos esta característica? Las prensas rotativas
varían de una imprenta a otra, y en el caso de los automóviles ¿cómo medir la
característica de la "facilidad de conducción?"
Algunas características se
pueden medir con procedimientos físicos o químicos; para otras la prueba
tendrá que basarse en las percepciones sensoriales humanas (la prueba
sensorial): color, sonido, olor, olfato, gusto y tacto.
En la competencia por alcanzar
la mejor calidad, la industria ganadora será aquella que haya aprendido a medir estas
características.
3. Determinar la importancia relativa de las
características de calidad.
Es raro el producto con una
sola característica de calidad. La mayoría tienen muchas. Tomemos el
ejemplo del rollo de papel periódico. Ademas de la característica de
"no romperse en la prensa rotativa" hay otras, como "no dejar pasar la tinta al otro
lado" y "dar una impresión clara".
Hay que distinguir claramente la importancia
relativa de las diversas características de
calidad que un producto posee. Generalmente cito los defectos y fallas
y los clasifico de la siguiente manera:
Un defecto crítico: aquella
característica de calidad que se relaciona con la vida y la seguridad, por ejemplo llantas que se
sueltan del automóvil o frenos que no funcionan.
Un defecto grande: aquella
característica de calidad que afecta seríameiv te el funcionamiento de un
producto, por ejemplo, el motor de un automóvil no funciona.
Un defecto menor Aquella
característica de calidad qvie
no afecta el funcionamiento del producto, pero que no gusta a los
clientes, por ejemplo, una rayadura en un automóvil.
Para algunos productos, la
clasificación tendrá que ser más detallada. En términos generales, los
defectos críticos no se permitirán jamás, mientras que sí es aceptable un pequeño número de defectos
menores.
La asignación de importancias
relativas o, en otras palabras, la creación de una orientación hacia las prioridades, es un
concepto importante en la aplicación del CC.
Los defectos y fallas en
cuanto a calidad descritos antes, se llaman calidad retrógrada. En cambio, la
"buena aceleración" y la "facilidad de conducción" son
características que pueden convertirse en argumentos de venta,
se denominan calidad
progresista. Para vender un producto, hay que hacer hincapié en esta
calidad progresista con argumentos de venta muy claros. Muchos consideran
que todos los argumentos son igualmente importantes, pero si no se asignan
importancias relativas el resultado será un producto mediocre.
• 4.
Llegar a un consenso sobre defectos y fallas.
Las opiniones en cuanto a
defectos y fallas varían según las personas. Esto sucede en relación con los
fabricantes y consumidores, asi como con el personal
de la empresa.
Esta tendencia humana suele ser
discernible cuando se emplean los cinco sentidos para fines de
inspección (prueba sensorial). Algunas personas consideran como falla una rayadura en una superficie
pintada, pero otras dicen que si no afecta la operación del automóvil, no puede
considerarse como falla. Respecto a la calidad de sonido en un receptor de
radio, las diferencias de opinión pueden
ser irreconciliables. En estos casos es difícil fijar por escrito límites para los defectos y fallas, y formalizarlos
dentro de una serie de normas
industriales es tarea laboriosa y difícil. La mejor solución para este
tipo de problema es que los fabricantes y consumidores hagan consultas amplias
y fijen los límites permisibles para referencia futura.
Citaré un caso extremo. Antes de visitar cierta
fábrica de maquinaria le pedí a cada planta
que hiciera un histograma sobre su control de calidad. Uno de ellos fue la gráfica de esta página .
Señalé los límites de tolerancia en la gráfica,
indicados por las líneas punteadas. Según la gráfica, parecía que la mitad de
los productos eran defectuosos. Le pedí a
la división de inspección encontrar la tasa de defectos, que resultó ser
apenas del 0.3 por ciento. Pregunté si hacían ajustes o si corregían las piezas
que quedaban fuera de los límites de tolerancia. La respuesta fue negativa. Me pareció extraño y seguimos analizando el
caso. Lo que descubrimos fue que
había normas de inspección independientes con unas tolerancias mucho más amplias que los límites indicados.
Cierta pieza que se conformaba a
estas normas de inspección se había utilizado en el siguiente proceso sin
quejas. Más aún, las normas de inspección se adoptaron para reflejar
esta práctica.
En aquella fábrica no había
consenso entre las distintas divisiones sobre lo que era un defecto. No
podían determinar si aquellos productos que estaban fuera de los límites de
tolerancia eran defectuosos o si lo eran solamente aquellos que no cumplían las normas de inspección.
En otro caso, una empresa de
productos eléctricos afirmaba que la tasa de piezas defectuosas era del
0.3 por ciento, pero cuando visité la planta de ensamblaje los hechos no
confirmaron tal afirmación. Resolví hacer la siguiente encuesta: primero,
escogí al azar muestras de 100 tipos de piezas y luego comparé cada una de
estas piezas con las especificaciones en los planos. Para cada plano
encontré en promedio tres discrepancias. Esto significaba que el porcentaje
defectuoso habría sido del 300 por ciento. También descubrí que si los productos
se ensamblaban con piezas manufacturadas según estos planos, la tarea de armada resultaba muy
difícil.
En realidad, había problemas
con los planos, pero no se había revisado
ninguno y las plantas mantenían la producción cambiando las medidas de
cada unidad. La fábrica le pidió a la división de diseño que revisara los planos,
pero el orgullo de los inflexibles diseñadores les impedía hacerlo. En términos
de fidelidad del producto a los planos, cada pieza resultaba ser defectuosa
por definición. Pero si los obreros elaboraban las piezas de acuerdo con los
planos, los defectos se convertían en realidad. Teóricamente, tenían que
guiarse por los planos, pero en la práctica trataban las piezas como compo
nentes de aceptación especial y así evadían las especificaciones de los planos.i
No obstante este arreglo, muchas de las piezas seguían siendo difíciles de
ensamblar.
ninguno y las plantas mantenían la producción cambiando las medidas de
cada unidad. La fábrica le pidió a la división de diseño que revisara los planos,
pero el orgullo de los inflexibles diseñadores les impedía hacerlo. En términos
de fidelidad del producto a los planos, cada pieza resultaba ser defectuosa
por definición. Pero si los obreros elaboraban las piezas de acuerdo con los
planos, los defectos se convertían en realidad. Teóricamente, tenían que
guiarse por los planos, pero en la práctica trataban las piezas como compo
nentes de aceptación especial y así evadían las especificaciones de los planos.i
No obstante este arreglo, muchas de las piezas seguían siendo difíciles de
ensamblar.
Este es otro ejemplo de la
falta de consenso en una empresa. Lamentable-; mente, el ejemplo no es raro. Los fabricantes de
máquinas y maquinaria eléctrica harían bien
en comparar la fabricación de las piezas con los planos.
5. Revelar
los defectos latentes.
Como se desprende de los ejemplos anteriores, las
cifras para piezasf defectuosas en fábricas
e industrias son apenas la punta del témpano: sin; embargo, se consideran defectos reales. Si
tomamos el término "defectuo-1 sos" en un sentido
más amplio, los defectos reales pueden ser 10 o 100;
veces más que los
descubiertos. Revelar estos defectos ocultos o latentes es una meta básica del CC.
Hay quienes consideran que un
producto es defectuoso solamente cuando es inutilizable y hay que descartarlo.
Debemos reconsiderar tal concepto. Los artículos corregidos, los de aceptación especial
y-los ajustados, son todos defectuosos. Artículos corregidos son aquellos que requieren
modificación ñor
no cumplir inicialmente las normas. Se requiere entonces trabajo adicional para
convertirlos en productos aceptables; por tanto, deben clasificarse como defectuosos.
La expresión "productos de aceptación especial" es un eufemismo. Se refiere a aquellos productos
para los cuales se rebajan las normas a fin de cumplir una fecha de entrega.
Hay que hacer de cuenta que no son inferiores, pero es obvio que también son
defectuosos.
En el proceso de ensamblaje, si
un artículo como una cámara o un receptor de radio puede ensamblarse y
despacharse sin pasar por ajustes ni correcciones, se considera un
producto bueno. Si es preciso ajustado o corregirlo en el proceso de ensamblaje,
aunque el producto final sea bueno, sigue siendo defectuoso. En el ensamblaje se hace un buen
producto cuando éste pasa directamente del
primer proceso hasta el final sin ajustes ni modificaciones. La tasa de
productos buenos elaborados de esta manera se llama porcentaje •de paso
directo. Aquellos productos que no siguen el proceso directamente de
principio a fin, tienden a sufrir daños en manos del consumidor. Las empresas deben esforzarse por controlar el diseño
y el proceso de tal manera que logren un porcentaje de paso directo
entre el 95 y el 100 por ciento.
Si observamos el asunto con
atención y sentido crítico, encontraremos muchos defectos latentes y
carga de trabajo latente asociados con procesos defectuosos en nuestras
industrias. Cuando empezamos a hacer CC debemos establecer de inmediato una
definición clara de los defectos, y revelar y eliminar aquellos defectos latentes, así
como la carga de trabajo latente que se asocia con los procesos defectuosos.
6. Observar la calidad
estadísticamente.
Cuando examinamos los productos
y procesos fabriles a nuestro alrededor, descubrimos que no hay
dos idénticos. Siempre encontraremos diferencias.
Si analizamos un producto
cualquiera, encontraremos que en su manufactura influyen muchos factores,
entre ellos las materias primas, los equipos, los métodos de trabajo y
los operarios. Es imposible elaborar otro exactamente igual. La calidad del producto siempre varía
ampliamente. En otras palabras, si
consideramos ¡a calidad de un producto en general, ésta demuestra una
distribución estadística.
La calidad para cada unidad también es importante,
pero en la práctica consideramos la calidad
en grupos de tantas docenas o de tantos centenares
de piezas. Pensemos en una
bombilla eléctrica: considerada individualrtlen. te, la duración de cada unidad puede variar
ampliamente entre 100 y 200 horas, mientras
que en un lote de bombillas la dispersión puede estar dentnj del
intervalo de 900 a 1 100 horas. Los consumidores preferirán lo último, donde ¡a
dispersión es menor y la calidad es más uniforme y estable.
Cuando pensamos en calidad,
debemos considerar su distribución estadística dentro de los lotes y
luego aplicar un control de proceso e inspección. Para expresar una distribución
utilizaremos el valor medio y una desviación estándar. Pero un análisis más detallado de este
aspecto deberá ser tern de otro libro.
7. "Calidad
del diseño" y "calidad de, aceptación".
La calidad del diseño también
se llama calidad objetivo. Una industria desea crear un articulo con
cieno nivel de calidad: de allí la calidad objetivo. Tomemos el ejemplo de la
bombilla eléctrica. El fabricante puede tener por objetivo una bombilla eléctrica con una vida de 900
a 1 100 horas o coi una vida de 2000 a 2500 horas. En términos generales, al
aumento de calidad del diseño corresponde un aumento de costo.
La calidad de aceptación
también se llama calidad compatible, pues es una indicación de la medida en
que los productos reales se ciñen a la calida* del diseño. Si hay discrepancia entre la calidad del
diseño y la calidad de aceptación, esto
significa que hay defectos o correcciones. Cuando la calidad de
aceptación sube, el costo baja.
Quienes no conocen bien el
control de calidad, afirman que al aplicarlo habrá aumento de los costos y descenso de la
productividad. Si el CC a sinónimo de
inspección, los costos realmente aumentarán, sobre todo si la ceñimos al viejo estilo de CC que hace hincapié en
la inspección. También es cierto que
al aumentar la calidad del diseño el costo sube. Empero, cuando mejoramos la calidad de aceptación, disminuirá la
frecuencia de defectos correcciones y
ajustes, con lo cual se rebajan los costos y se mejora la productividad.
Más aún. si la calidad del diseño está a la altura de los requisitos del consumidor, las ventas aumentarán y esto
producirá una economía de escala. Esto lleva a la racionalización, y los
costos se reducen aún más Los productos japoneses son muy competitivos en el
mercado mundial,; este éxito se
debe al efecto multiplicador de la calidad del diseño y la calidad de aceptación.
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